Como ya sabéis, el análisis competitivo es un elemento esencial del proceso de valoración de empresas en el value investing junto con el análisis financiero. En el análisis competitivo, es importante analizar si la empresa cuenta con ventajas competitivas fuertes y sostenibles. En este artículo os explicaré en qué consiste una de las ventajas competitivas más importantes, el efecto red, junto con algunos ejemplos explicativos y factores a tener en cuenta a la hora de analizarlo.
Aprende sobre inversión en Bolsa con mi curso gratuito
33.945 alumnos lo han realizado y ya gestionan sus ahorros de forma autónoma y segura.
Tabla de contenido
¿Qué es el efecto red?
El efecto red (“network effect” en inglés) es una ventaja competitiva que se da cuando el valor de un determinado bien o servicio se incrementa tanto para los usuarios nuevos como para los usuarios ya existentes a medida que el número de usuarios del bien o servicio aumenta.
Ejemplos del efecto red
Uno de los ejemplos clásicos de empresas que se benefician de la ventaja competitiva del efecto red con las empresas de tarjetas de crédito, tanto Visa como MasterCard. El valor de tener una determinada tarjeta es mayor para los clientes si se utiliza por mucha gente, ya que les permitirá utilizarla en muchos más establecimientos comerciales.
Otro ejemplo mucho más actual de efecto red es el de las redes sociales, valga la redundancia. El valor que aporta una red social a sus usuarios está relacionado con la cantidad de amigos que utilicen esa red social. De nada sirve estar en una red social por muy buena o avanzada que sea si tú eres el único usuario.
Factores a tener en cuenta al analizar en el efecto red
El primer factor clave a tener en cuenta es analizar la forma en la que la empresa monetiza su ventaja competitiva. Por ejemplo, la red social de geolocalización Foursquare es un buen ejemplo de compañía que, a pesar de contar con el efecto red a su favor, no ha sido capaz de monetizar su ventaja competitiva. Como inversores, debemos buscar empresas que generen beneficios futuros, por lo que una ventaja competitiva por sí misma no sirve de nada si no ayuda a generar caja para los accionistas de la compañía.
Por otro lado, debemos analizar el grado en el que el valor que aporta la empresa aumenta con cada nuevo cliente y la capacidad de la empresa para atraer a nuevos clientes. Si el coste de atraer a un nuevo cliente es superior al valor que éste genera a través del efecto red, no estaremos ante un buen negocio.
No debemos tampoco olvidar que el efecto red no dura eternamente. La empresa puede entrar en un círculo virtuoso si gana clientes o usuarios, pero también en un círculo vicioso si la empresa los pierde. Por ejemplo, la red social Tuenti, que tuvo gran éxito en España durante unos años, se aprovechó del efecto red positivo durante unos años hasta que sus usuarios empezaron a cambiarse a Facebook, lo que hizo que el efecto red jugara esta vez en su contra.
Por último, debemos analizar el poder tanto de los proveedores como de los clientes a la hora de negociar. Lo ideal es encontrar una empresa con “pricing power”, es decir, con capacidad para subir los precios cuando crea conveniente sin que peligre la fidelidad de sus socios comerciales.