Durante los primeros años de Wall Street era muy difícil conseguir información acerca del mercado, sin importar si eras inversor o simplemente un curioso del tema. Obtener la información necesaria era casi imposible y si la conseguías, era imprecisa.
A finales de la década de 1890 fue cuando surgió el bisabuelo de la información financiera: el Wall Street Journal (WSJ); realizó muchísimas publicaciones periódicas y libros que sus objetivos eran analizar, describir y promover el mercado de valores en los próximos años.
Todo esto se consiguió gracias a que la información y las noticias estaban disponibles debido a un puñado de compañías que contrataban reporteros para que estuvieran pendientes de Wall Street; desde escritores para crear las historias hasta jóvenes mensajeros que literalmente corrían para llevar esas historias a los suscriptores locales. Por supuesto que si vivías en otra ciudad o estado, te perdías las novedades financieras.
Concluyo en esta introducción que conoceremos a los autores y fundadores de los más grandes medios financieros; el WSJ, Forbes, Barron’s, y Value Line Investment Survey. Así como aquel autor e inversor que lo dejaré como sorpresa para la parte II.
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Charles Dow
Alto, pesado, barbón, perfeccionista e innovador –todo un emprendedor-, nació en una granja en Connecticut, Estados Unidos en 1851. Creador del WSJ y del primer barómetro del mercado financiero estadounidense: el Dow Jones Average, así como también fue el padre del análisis técnico y de la Teoría de Dow; el jamás quiso hacer una fortuna en el mercado, por el contrario; prefirió mantenerse al margen como observador y comentador.
Durante su niñez trabajó en diferentes actividades, perdiendo a su padre a la edad de seis años.
Cuando fue lo suficientemente mayor y tenía que escoger que quería hacer con su vida, decidió abandonar la granja y dedicarse a lo que más le gustaba: la escritura. A raíz de una escasa educación, aprendió y practicó durante seis años con el más prestigioso periódico de Massachusetts: el Springfield Republican (The Republican actualmente). Posteriormente se mudó para Providence, Rhode Island, donde encontró su nicho como escritor financiero mientras cubría las noticias sobre la industria minera.
A los 31 años se mudó para Nueva York y en 1882 fundó junto con su amigo Eddie Jones la Dow, Jones & Company. Empezaron su aventura empresarial trabajando desde una sola habitación que por cierto era pequeñísima, y con mobiliario de segunda mano. Su trabajo era proporcionar actualizaciones diarias de novedades financieras a suscriptores, ya que las noticias impresas eran escasas en Wall Street. Aprovechando este hueco en el mercado, crecieron rápidamente durante su primer año de operación.
Seguido difundieron un periódico de dos páginas llamado Customer’s Afternoon Letter, el predecesor del Wall Street Journal. Precisamente en esta publicación, Charles dio a conocer su índice -el cual por cierto dejó sin nombre-. Este índice fue el primero en divulgar información precisa sobre el mercado, así como también dio a luz al análisis técnico.
En 1889 este periódico se convirtió en el WSJ y contenía cuatro páginas de noticias sobre finanzas y estadísticas; cotizaciones de bonos y commodities; acciones activas; ganancias de compañías ferrocarrileras y reportes bancarios del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
Murió a los 51 años en 1902 sin haber recibido el reconocimiento por su aportación al mundo financiero. Por supuesto, años después de su muerte recibió todo el crédito que mereció y sigue mereciendo.
Edward Jones
Alegre, pelirrojo, ambicioso, alcohólico en ocasiones, hablador, curioso, alto, flaco y casi calvo, ojos azules y un bigote rojo, nació en Worcester, Massachusetts, en 1856. Asistió a la Brown University y se metió como crítico teatral en el periódico local. Como su labor se convirtió en un trabajo de tiempo completo, abandonó la universidad y persiguió lo que más amaba: el periodismo. Sin duda alguna su bien educada familia estaba indignada, pero a Jones esto no le importó. Hacía lo que él quería.
Trabajó en diversos periódicos de Providence, Massachusetts y conoció al introvertido Charles Dow en la década de 1870. Aunque la personalidad de ambos era opuesta, trabajaron bien y se complementaban el uno al otro.
Después de haber perdido su inversión en un negocio fallido y de vivir en una ciudad que lo deprimía, Jones consiguió mudarse a Nueva York gracias a su amigo Charles que le consiguió un trabajo en una compañía que ofrecía servicios de noticias financieras. Inquieto e insatisfecho de trabajar para alguien más, Jones y Dow hablaron de crear su propio servicio de noticias y lo hicieron en 1882; Jones con 26 años y Dow con 31, formaron Dow, Jones & Company. Su misión era escribir de forma objetiva sobre lo que acontecía en Wall Street.
La compañía se especializó en entregar información financiera precisa, como cambios en la dirección de las compañías, cambios en las tasas de interés, huelgas y declaraciones de pagos de dividendos. Era un servicio totalmente nuevo.
¿Cómo funcionaba? El modelo era muy sencillo: la empresa tenía reporteros rondando por las casas de Bolsa, bancos y oficinas corporativas para buscar historias del momento; una vez encontradas las llevaban de regreso a la firma y se las dictaban a los escritores. Estos a su vez copiaban las historias en cortas hojas blancas y después eran enviadas al suscriptor mediante un repartidor.
El trabajo de Jones consistía en cubrir los reportes financieros -su especialidad eran los reportes de ganancias de las compañías de ferrocarriles-, estar pendiente de que las noticias nuevas llegaran inmediatamente a los suscriptores, pasearse por Wall Street buscando nuevos suscriptores, noticias, verificando que los mensajeros entregaran los mensajes y hacía networking en el bar del Hotel Windsor, donde los grandes operadores como Diamond Jim Brady solían reunirse.
Dow, por el otro lado, se la pasaba encerrado en la oficina trabajando en el procesamiento de datos numéricos, gráficas, editoriales y en su índice.
Finalmente Jones abandonó el Wall Street Journal y decidió trabajar en una casa de corretaje hasta que murió de una hemorragia cerebral en 1920.
Thomas W. Lawson
Nació en 1857 hijo de emigrantes de Nueva Escocia y creció cerca de Boston. A los 14 años, después de que su padre falleciera, trabajó como mensajero en la compañía de servicios financieros State Street.
A la edad de 16 años operaba por su cuenta y junto con 13 personas más tenían un fondo de 60 mil dólares que habían logrado en la especulación de las compañías ferrocarrileras.
A los 21 años ya casado y con cuatro hijos, fundó su propia compañía de corretaje: Lawson, Arnold & Co. Hizo su primer millón nueve años después actuando como agente y promotor de los financieros de Nueva York.
Después de haber perdido una fortuna en la Bolsa, decidió atacar a los capos de Wall Street, los cuales los llamó “El Sistema” –que prácticamente no era Wall Street en general, sino la compañía petrolera Standard Oil. Estaba en contra de que la mayoría del dinero estuviera en manos de Wall Street y que además estos tenían una aberración por las masas, así que decidió organizar una masiva campaña publicitaria para atacar a “El Sistema” pregonando que la Bolsa era un casino y el infierno.
Pero por supuesto ese no era su objetivo, más bien su objetivo fue que mediante las donaciones que recibía su campaña el pudiera recuperar el dinero perdido y regresar a especular en la Bolsa. Por supuesto que lo logró y finalmente volvió a perder su nueva fortuna. Era un verdadero promotor, un prolífico escritor, gran narrador con una personalidad animada.
«Mi herramienta número uno es la publicidad. Es el arma más poderosa en el mundo»
Thomas W. Lawson
Bertie Charles Forbes
Nacido uno de diez hijos de un tendero de un pequeño pueblo en Escocia, Forbes pastoreaba ganado para sus vecinos cuando era niño. Abandonó el colegio a los 14 años para convertirse en aprendiz de tipógrafo en una imprenta. Continúo estudiando por las noches y después tomó un curso en la University College, en Dundee, Escocia.
A los 21 años después de un tiempo trabajando como reportero de un periódico local, abandonó su ciudad natal por Sudáfrica, donde ayudó al escritor Edgar Wallace a crear el periódico Rand Daily Mail.
Después de ahorrar cada centavo que pudo, Forbes se mudó a Manhattan en 1904. Trabajó gratis para ser reconocido en el Journal of Commerce, hasta que le ofrecieron ser editor y columnista de noticias financieras.
Comenzó Forbes en 1917 debido a que cada vez estaba obteniendo más y más información de la que podría utilizar en su columna. Su nombre ayudó a promover la revista y sus conexiones le garantizaron una amplía y abundante variedad de temas para publicar. ¿Su aportación? Fue más allá de las fábricas y maquinarias. Se enfocó en los hombres detrás de las compañías, llevando a los lectores a tener una percepción diferente sobre el mundo de los negocios. Se especializó en escribir alegres y sinceros relatos biográficos sobre los líderes empresariales más influyentes de su época, enfocándose en los aspectos positivos que los llevaron al éxito. En aquella época era muy difícil que los magnates divulgaran qué los hizo exitosos, por lo tanto era muy difícil que los accionistas e incluso periodistas supieran sobre sus vidas.
Amaba su trabajo y los temas sobre los que entrevistaba a estos personajes trataban sobre «interpretar la naturaleza humana». Siempre se mantuvo fiel a sus principios de periodismo. Su obras más importantes: Forbes Epigrams, de 1922; Men Who Are Making America y Keys to Sucess, ambas de 1917.
Un hombre de mucha moral así como religiosidad, Forbes leía la Biblia todas las mañanas. Por supuesto, eso se reflejaba en sus escritos:
«Aquellos que han obtenido la más grande fortuna, no siempre obtendrán la más grande felicidad»
Pasó toda su vida dirigiendo la revista y escribiendo hasta su muerte causada por un ataque al corazón en 1954. Tenía casi 74 años.